JUAN TORRENTS Y CORAL: ESPIRITISTA, MASÓN Y TEÓSOFO
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El linotipista, editor y librero republicano Juan Torrents y Coral, vecino de Sant Martí de Provençals fue uno de los principales propagadores del espiritismo. Esta corriente del libre pensamiento fue formulada por el pedagogo masón francés Hippolyte Denizard Rivail, que usaba el nombre de Allan Kardec, quien había convertido las experiencias paranormales en una ideología codificada.
Autor: Juan Giraldo, educador social. Membre de la Societat d'Estudis de La Verneda de Sant Martí.
Publicat:
BUTLLETÍ “auro invento” 12 de la SOCIETAT D'ESTVDIS DE LA VERNEDA DE SANT MARTÍ".
El linotipista, editor y librero republicano Juan Torrents y Coral, vecino de Sant Martí de Provençals fue uno de los principales propagadores del espiritismo. Esta corriente del libre pensamiento fue formulada por el pedagogo masón francés Hippolyte Denizard Rivail, que usaba el nombre de Allan Kardec, quien había convertido las experiencias paranormales en una ideología codificada.
Se conocen muy pocos datos personales de Juan Torrents, salvo que había nacido en 1838. Era el segundo de tres hermanos: Pedro (jornalero), nacido en 1834 y Bartolomé (cordelero) en 1843. Las profesiones de sus hermanos indican un origen familiar humilde. Torrents aparece como firmante en diferentes campañas de apoyo al Partido Democrático durante 1863. Se supone que inicialmente se estableció en el paseo del Triunfo (actual rambla del Poblenou) número noventa y uno hacia 1870. Allí edita alguna obra por encargo de la Asociación Espiritista de Zaragoza y de la Sociedad Espiritista Anónima de Barcelona en 1875.
Paralelamente se asoció para abrir el Establecimiento Tipográfico Juan Torrents y Compañía, en el paseo del Triunfo 4, de donde saldrían más de cien títulos de una producción editorial dirigida a la difusión del Espiritismo. Los libros estaban a la venta en la librería “República española”, anexa a la imprenta. Era dueño de una casa en el paseo del Cementerio número 203 (actual avenida Icaria) aunque en ningún momento figura como su residencia. Como curiosidad, el apellido, inicialmente escrito Torrens, pronto se transforma en el definitivo Torrents.
El linotipista, editor y librero republicano Juan Torrents Coral, vecino de Sant Martí de Provençals fue uno de los principales propagadores del espiritismo. Esta corriente del libre pensamiento fue formulada por el pedagogo masón francés Hippolyte Denizard Rivail, que usaba el nombre de Allan Kardec, quien había convertido las experiencias paranormales en una ideología codificada. Desde mediados del XIX sus teorías fueron introducidas en España por el vecino de Horta Josep Maria Fernández de Colavida, quien durante su exilio en París se introdujo en los ambientes esotéricos y ocultistas donde realizaban prácticas de magnetismo y otras disciplinas nuevas. Desde entonces los vecinos del barrio de La Clota conocían su domicilio como “Ca l’Espiritista”, allí tenía su sede “La Paz”, primer centro espiritista.
A su regreso, Josep Maria Fernández abrió una librería espiritista en 1860 y un año después recibió de Francia trescientos ejemplares de El Libro de los Espíritus de Kardec, pero el obispo de Barcelona ordenó su incautación y fueron quemados en el fuerte de la Ciudadela. Fue uno de los últimos autos de fe celebrados aunque la persecución continuó. La Revolución de 1868 trajo un periodo de libertades y normalización, momento que aprovechó Fernández para fundar la Asociación Barcelonesa Propagadora del Espiritismo, a la vez que dirigía el grupo “La Paz”.
En las rotativas de Juan Torrents se imprimía gran parte de la agitada prensa martinense de la segunda mitad del siglo XIX. Desde El Grito del Pueblo, también llamado La Voz del Pueblo, del tipógrafo anarquista Indalecio Cuadrado (que en 1886 trasladó su residencia desde Valladolid a Sant Martí de Provençals por encargo de la Primera Internacional) hasta los periódicos republicanos y progresistas que se publicaron en el municipio. Se inició con El Vigilante (1873-1879) y continuó con El Martinense hasta que su director fue condenado por injurias a cuatro años de destierro. Se crea una nueva cabecera, El Pueblo Martinense (1879-1880), que es denunciada por el consistorio. La Unión (1879-1882), resulta de la fusión de El Vigilante y El Debate. Aparece también La Antigua Unión (1880-86). La Unión de los Pueblos provocó un conflicto entre Torrents (al parecer propietario de la cabecera) y una parte de la redacción, así nace Moralidad y Justicia (1892-1893) un semanario republicano progresista, dirigido por Andreu Clos Ferrer, que lideraba también una logia masónica en el municipio. Otros periódicos que salieron de su imprenta son El Consecuente/La Consecuencia (1892-1997), El Porvenir (1894-1895) y El Adalid Martinense (1897–1898).
Amalia Domingo Soler, su primera directora, recuerda en las páginas de La Luz del Porvenir algunos detalles de cómo surgió esta publicación en 1879:
"Si yo pudiera, fundaría un periódico pequeñito, en el cual no escribieran mas que mujeres; sus escritos sencillos, pero impregnados de profundo sentimiento, harian mucho bien á la clase obrera; las mujeres pobres, las hijas del pueblo necesitan un periódico en armonía con sus limitados conocimientos, que encierre una gran enseñanza moral y las nociones de la verdadera religion; se escribe mucho para los sábios pero nadie se acuerda de aquellos que por su pobreza no se han podido instruir. ¡Oh! si yo pudiera, mañana mismo salía el primer número."
El semanario se imprimía en el paseo del Triunfo número cuatro (actualmente rambla del Poblenou) propiedad de Torrents. La publicación fue suspendida durante cuarenta y dos semanas, tiempo que fue sustituida por otra idéntica, llamada El Eco de la Verdad. También dio apoyo como editor y administrador en 1883 al nacimiento de Lumen, periódico semanal ilustrado para las clases populares dedicado al espiritismo, magnetismo, hipnotismo y ciencias ocultas. Estaba dirigido por un joven de diecinueve años, Quintín López Gómez, autor al que después Torrents editó muchas de sus obras.
En 1884 el domicilio y la imprenta de Juan Torrents, fueron registrados de madrugada en busca de proclamas revolucionarias. También se registraron domicilios de regidores republicanos martinenses. En ese mismo año se produjo el traspaso de la propiedad de la cabecera de Torrents a Amalia y desde entonces La Luz del Porvenir se imprimió en Gràcia.
En mayo del mismo año, el editor espiritista D. Juan Torrents, me cedió la propiedad del periódico La Luz del Porvenir que llevando cinco años de publicacion, tenia puede decirse su vida asegurada, puesto que cubría gastos, y desde aquella fecha vengo publicando La Luz, sufriendo las consecuencias de ser, como dice el refran, cabeza de raton en vez de cola de leon.
Muy bueno es ciertamente poseer un periódico, puesto que en él se pueden insertar escritos propios que por su índole ó por su mucha extensión son rechazados de otras publicaciones por el asunto que en ellos se trata, y por otras muchas causas ademas; mas ¡ay! que esta hermosa libertad de accion, se compra con muchas noches sin sueño, con innumerables horas de angustia, de ansiedad y sobresalto, que agostan la existencia, cuando se lucha con ese enemigo formidable que se llama ¡la miseria!... Cuando no se tiene suficiente para cumplir con todos los compromisos que crea una publicacion, aun que esta sea modestísima como lo es mi humilde Luz, queriendo vivir sin deber al impresor, como me sucede á mí, pues siempre he creído que las deudas no dan otra cosecha que inquietudes y murmuraciones."
Juan Torrents y Amalia Domingo se encargaron de la organización del Primer Congreso Internacional Espiritista que se celebró en Barcelona en 1888 en el que participaron dos mil personas. Este evento incluyó un acto público en el parque de la Ciudadela (el mismo lugar en el que fueron quemados años antes libros de Kardec). Las sesiones se celebraron en el Salón Eslava, en la ronda de Sant Pere, a las que asistieron más de cuarenta delegaciones extranjeras y setenta asociaciones espiritistas españolas. Estuvo presidido por el introductor del espiritismo en España, Josep Maria Fernández Colavida, fundador de la Revista de Estudios Psicológicos de Barcelona, que “desencarnó” (murió) dos meses después.
El Congreso Espiritista estableció un programa social muy avanzado resumido en los siguientes puntos:
— Igualdad entre géneros y liberación de la mujer.
— Enseñanza laica.
— Reforma penitenciaria para la integración social de los presos.
— Abolición completa de la esclavitud.
— Supresión gradual de las fronteras políticas.
— Desarme gradual de los ejércitos.
— Secularización de los cementerios.
— Registro civil de nacimientos único y obligatorio.
— Matrimonio civil.
— Prohibición de la pena de muerte y cadenas perpetuas.
— Interpretación del Espiritismo como religión laica, antiautoritaria, igualitaria y socializante.
Del establecimiento tipográfico de Juan Torrents y Coral salió la edición de las obras completas de Allan Kardec. De cada una de las obras (que costaban tres pesetas) hacía una edición económica de una peseta para facilitar el acceso a más lectores. Publicó otras muchas obras de
autores espiritistas como Amalia Domingo, el astrónomo francés Camille Flammarion, Quintín López Gómez o el cartagenero Manuel González Soriano. Tuvo amistad con el pacifista Manuel Navarro Murillo, del que publicó algunas obras, un autor también espiritista que se fue acercando a la teosofía.
Se encuentran curiosas ediciones en los primeros años de actividad, como una guía para consumidores de gas, ese novedoso y peligroso fluido usado para la iluminación en el año 1875. Realizó trabajos para algunas entidades del barrio como los Estatutos del Fomento Martinense de 1903 o la Teoría de los ligamentos del tejido (1899), una recopilación de las conferencias que Joan Prats y Gordó impartió sobre tecnología textil en el “Fomento Industrial” en 1886 y 1887. La edición del Reglamento del Montepío bajo la advocación de la Inmaculada Concepción establecido en el barrio del Taulat de San Martín de Provensals (1882) aparentemente se sale de su línea editorial pero podría tratarse de una iniciativa de cristianos racionalistas, movimiento que estaba apoyado por Amalia Domingo a través de un Montepío de Socorros Mutuos para ayudar a los obreros enfermos. Más curioso es el caso de Aritmética comercial inferior de Pablo J. Gutiérrez (1906). Se sabe que la edición de Torrents llegó a Quito y fue adoptada como texto oficial para la enseñanza de las Matemáticas en la República del Ecuador, por lo que fue reeditada el mismo año por la Imprenta Nacional Ecuatoriana. También el Higienismo tuvo un espacio en su librería con la edición de La Peste. Historia de sus epidemias y La Gripe. Naturaleza, formas y tratamiento, ambas del doctor Joaquín Teixidor y Suñol, que fueron publicadas en 1899. Editó también una obra de tipo “para-antropológico” sobre los quechuas de Hipólito Girgois.
En las dos últimas décadas del siglo, el espiritismo se popularizó y muchos vecinos de Sant Martí se sacudieron el yugo clerical (presente en todas las esferas de la vida) y empezaron a celebrar acontecimientos civiles como el nacimiento, matrimonio y entierro sin rituales religiosos, lo que preocupaba sobremanera a las autoridades eclesiásticas que se referían a este municipio como “este pueblo tan trabajado por los sectarios del error”. En 1878 ya se celebran bautizos civiles, también en 1880, al año siguiente se inscribe a una recién nacida con el nombre de Laica, Libre y Pensadora. Peor es el caso de una criatura a la que en 1895 se le inscribió en el Registro Civil con el nombre de Esclavo y la comitiva estuvo acompañada de una banda de música que interpretó “La Marsellesa” y el “Himno de Riego”. Se celebraban banquetes de promiscuación en los que se tomaban alimentos que la iglesia vetaba en fechas como viernes santo.
En agosto de 1882 se hace entrega de un gran número de firmas solicitando al ayuntamiento de Sant Martí la creación de un cementerio civil. Los grupos de librepensadores vinculados a la Liga Universal Anticlerical de Librepensadores se implantan en los diferentes barrios del municipio, así encontramos el grupo “Luz del Siglo” en 1884, un grupo de nombre desconocido en Poblenou en 1886 y el grupo “Voltaire” en 1888. Después de la anexión a Barcelona la actividad se mantuvo, abriendo su delegación en Sant Martí la Sociedad Progresiva Femenina en 1899 y Agrupaciones Librepensadoras en el Clot y el Poblet en 1905.
Algunos de sus trabajos editoriales no tenían finalidad comercial, uno de ellos es la obra de teatro publicada en 1891 titulada Leonor: comedia infantil en dos actos, escrita para los alumnos del Colegio Laico del Casino El Progreso de San Andrés del Palomar por Vicente Ferrer, profesor laico y masón (como indican los tres puntos que figuran junto a su nombre). Creemos que fue una contribución sin ánimo de lucro del Maestro Masón Juan Torrents y Coral. Editó también en 1899 Los Babiecas: juguete cómico en un acto y en prosa dividido en tres cuadros de Ildefonso Diez Miñor y Juan José Pou de Barros, obra de la que no se tienen referencias.
La labor de difusión del espiritismo que Juan Torrents realizó en Sant Martí cristalizó en el Centro Cristiano Espiritista “La Esperanza”, que tenía su sede en la calle Venero número tres, piso segundo, puerta segunda, posiblemente el domicilio de su presidente, el industrial tonelero Feliciano Oliveras y Marcobal. Como secretario aparece Delfín Ferrer y Patricio Grau. Era el socio que, en ocasiones, sustituía al presidente, también figura como socio Abelardo Bosch. El Centro Espiritista “La Esperanza” expresa en 1892 su preocupación por el mal uso que se hace de la mediumnidad y lo traslada en un escrito a Juan Torrents para que se publique en las páginas de La Luz del Porvenir. En 1900 se inicia una nueva revista que se imprime en el Paseo del Triunfo número 4, se llamó Luz y Unión y era el resultado de la fusión de La Luz del Porvenir, que finalizaba su publicación después de veinte años y la Unión Espiritista, de la “Unión Espiritista Kardeciana Española” en la que figuran en su Junta Directiva de 1901 Amalia Domingo y Feliciano Oliveras.
En abril de 1892 la prensa dio la noticia de la detención de un peligroso grupo anarquista en Barcelona. Uno de sus componentes era impresor en Sant Martí de Provençals, de nombre Juan Torrens, lo que dio pie a que muchos medios informasen de la detención del dueño de La Unión de los Pueblos (que ya había finalizado su publicación en 1887). También Juan Torrens participa en un mitin en el Centro de Carreteros, celebrado en enero de 1896 junto a la dirigente anarquista Teresa Claramunt Creus. Ambas referencias a nuestro personaje podrían ser erróneas, producto de la similitud con el nombre del impresor anarquista Juan Torrens Nicolás, detenido junto a otros compañeros y liberado tres días después.
En el último decenio del siglo llega a España otro movimiento espiritual heterodoxo que en Europa difunde Helena Petronova Blavatsky, se trata de la Teosofía, una tradición esotérica y orientalista que comparte con otros movimientos de la época los principios de fraternidad, igualdad, filantropía, pacifismo, educación y progreso científico y moral de la sociedad. Por ella se interesa José Xifré Hamel, quien había contactado con la Sociedad Teosófica de Londres en 1886. Dos años después conoció a la Blavatsky y junto a Francisco Montoliu Togores se incorpora a su logia de Londres en 1889.
Xifré y Montoliu crearon la Sociedad Española de Teosofía a la que se sumó el editor orientalista Ramón Maynadé Sallent y la que después sería su esposa Carme Mateos Prat, el médico José Roviralta Borrell y el comerciante canario José Melián Chiappi que, al residir en Madrid, inició otra rama en la capital con algunos adeptos. Las Ramas estaban formadas por al menos siete miembros, si no alcanzaban esa cantidad se constituían en Grupo de Estudio. Se cree que Juan Torrents también tuvo relación con esta sociedad, pues se conoce su buena relación con el matrimonio Maynadé-Mateos, que en alguna ocasión celebraron sesiones en el Centro Espiritista “La Esperanza”. Vemos que en 1898 Torrents edita Doctrina del conocimiento según el bhagavad gita considerada a la luz de la doctrina secreta, de Franz Hartmann, que resume las doctrinas hinduistas, muy del gusto de los teósofos orientalistas. En 1906 Torrents y Maynadé editaron conjuntamente Guía espiritual de Miguel de Molinos.
Juan Torrents que, además de espiritista y teósofo era masón, pertenecía ya en 1891 a la logia “Ciencia y Libertad”, en la que ocupaba el cargo de tesorero. Esta logia estaba dirigida por el Venerable Maestro Andrés Clos Ferrer (con el nombre simbólico de Fidelidad) y tenía como Garante de Amistad a Anselmo Lorenzo, que había ingresado en 1883 en la logia “Hijos del trabajo” de Barcelona. La logia “Ciencia y libertad” en el año 1892 estaba compuesta por treinta y tres miembros. Precisamente Andreu Clos fue director del semanario Moralidad y Justicia en 1892 y 1893, que se imprimía en las rotativas de Torrents. Es posible que esta logia estuviera vinculada a “La Acacia Martinense de Socorros Mutuos”.
Finalmente diremos que en todas sus publicaciones siempre figura San Martín de Provensals, incluso años después de la anexión a Barcelona, bien entrado el siglo XX. Lo interpretamos como una afirmación municipalista de resistencia martinense por parte de Juan Torrents i Coral.
Abandonó su envoltorio corporal en Sant Martí de Provençals el ocho de enero de 1915 a la edad de 77 años, durante una epidemia de fiebre tifoidea producida por la contaminación del agua. Su entierro fue civil y asistieron numerosos correligionarios.
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