La semana pasada Pedro Sánchez nos sorprendió con una vestimenta “totalmente revolucionaria”, le vimos por primera vez en mucho tiempo, atención, ¡¡¡sin corbata!!! En política los gestos son muy importantes, conectan con los sentimientos, que son tan cruciales o más que la razón cuando se trata de ir a votar. Por eso algunas campañas electorales parecen un carrusel de políticos probándose disfraces de profesiones. Los gestos también son importantes para cambiar hábitos, costumbres, e imaginarios colectivos. Quién no recuerda al ex-presidente Mariano Rajoy en chándal en sus carreras mañaneras, quién sabe si como táctica de su equipo de imagen para acercarle a la ciudadanía, aunque fuese sólo de forma visual.

Desde Greenpeace aplaudimos algunas de las medidas que el gobierno ha acompañado este lunes 1 de Agosto al gesto de la corbata. Por ejemplo, tener abierta la puerta de establecimientos con calefacción o aire acondicionado es una de las claras prácticas que parecen encaminarse directamente al suicidio climático. Por lo tanto, incidir en que está prohibido (ya lo estaba), y que se va a prohibir también aunque la fuente de la electricidad sean energías renovables, nos parece positivo.

Sin embargo, necesitamos más, mucho más. El cambio climático se ha convertido en crisis climática, por los impactos que ya está teniendo y por la urgencia de actuar. Los efectos de la crisis climática ya los estamos sintiendo todas las personas: los impactos que la ciencia modelizó hace 30 años (!) ya están aquí, con mayores temperaturas, olas de calorincendiosinundaciones, huracanes, etc. La ciencia nos ha avisado de que tenemos que reducir las emisiones que había en 1990 a la mitad como tarde en 2030. Para eso, España tiene que triplicar la velocidad a la que ha reducido sus emisiones desde 2015.

NECESITAMOS ACTUAR YA

La ciencia (informes del Panel Intergubernamental de Cambio climático y miles de publicaciones científicas) nos dice que estamos a tiempo de actuar, pero que se nos escapa el tiempo: la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera está elevando la temperatura media, estando cada vez más cerca del límite del 1,5ºC, y como en una piscina que se llena y tarda mucho en vaciarse, estamos a punto de que rebose. Nos queda hasta 2030 para conseguir reducir el volumen de emisiones a la mitad (-55% con respecto a 1990, en el caso de España), condición necesaria para no sobrepasar el límite del 1,5ºC. 

NECESITAMOS ACTUAR A LARGO PLAZO, NO 1 AÑO O VARIOS MESES

Desde el respeto y amor a la naturaleza que la mayoría tenemos, y como medida urgente de auto-defensa frente a la crisis climática, el ahorro de energía y materiales son las mejores herramientas. Tenemos que recuperar parte de esas costumbres de nuestros abuelos y abuelas que tenían totalmente integrados en su forma de vivir: la necesidad de ahorrar, usar con sentido común de sostenibilidad los recursos, reutilizar, y reciclar…
Las medidas de ahorro energético deberían ser habituales y permanentes. Cambiar hábitos es muy difícil, requiere tiempo e insistencia. Por lo tanto, animamos al gobierno a que las medidas aprobadas ayer pasen a ser permanentes.   

NECESITAMOS MÁS, MUCHO MÁS

Además de las medidas aprobadas ayer, necesitamos más medidas para conseguir mantener un planeta habitable. En la página web de Greenpeace tenemos un amplio abanico de medidas que se deben aprobar de forma urgente, enfocadas a las principales fuentes de gases de efecto invernadero: el sector transporte, el sector industrial, el sector agrario y alimenticio, el sector de generación de electricidad, y el consumo de combustibles en los sectores residencial, comercial e institucional. Es urgente aprobar un plan de choque de emergencia climática, que amplíe las medidas de ahorro energético e impulse de forma decidida una transformación real para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero según las tasas necesarias calculadas por la ciencia