¿Será casualidad que Vox y PP estén quitando del mapa institucional autonómico y municipal todo lo que tiene que ver con derechos para la igualdad, LGTBIQ+ y, ya de paso, todo lo que habla de transición ecológica o bajar emisiones? No lo creo.

¿Será casualidad que quiénes niegan la existencia de la violencia de género nieguen también la existencia del cambio climático? Tampoco lo creo.

La cosa planetaria está mal, según la ciencia hemos superado 7 de los 9 límites planetarios que permiten unas mínimas condiciones para poder vivir en la Tierra. 7 de 9 es ir cuesta abajo y sin frenos, pero hace unas semanas Alberto Núñez Feijóo decía que en este país es más fácil cambiarse de sexo que sacarse el carné de conducir. ¿Y esto qué tiene que ver? Tiene que ver todo. 

Recuerdo una viñeta de Miguel Brieva en la que salían unos tipos en un coche descapotable muy molón llegando a un precipicio. El mensaje más o menos era: nos vamos a la mierda ¡pero en qué cochazo! Esto es lo que parece que inunda el ambiente. No es que yo piense que tener carné de conducir no sea necesario, lo será para muchas personas, sobre todo para aquellas a las que no lleguen unas infraestructuras de transporte público dignas. Pero aquí hablamos de otra cosa y Núñez Feijóo también. 

7 de 9 límites planetarios superados da para replantearse muchas cosas. Pero sobre todo da para plantearse el horizonte al que aspiramos, hacia el que queremos caminar. Si nuestro horizonte es un planeta en el que todas las personas podamos vivir vidas decentes y alegres, un horizonte en el que vivamos en paz con el resto de seres vivos y en el que cada persona pueda decidir libremente sobre su cuerpo, sobre su identidad y sobre su sexualidad, vamos a necesitar lo más importante: grandes dosis de amor, de escucha para entendernos, grandes dosis de diversidad, justicia e inclusión. Grandes dosis de movilización ciudadana y de alegría en las calles. Grandes dosis de políticas públicas que sostengan lo que de verdad importa. Un horizonte de arco iris que hoy inundará las calles. ¿Qué mundo seremos capaces de construir si no? 

Greenpeace defiende la diversidad en todas las formas en las que se presenta en la naturaleza, no podemos dejar fuera las diversidades identitarias, afectivas o sexuales.