Ante el avance de las fuerzas israelíes, y debido a los masivos bombardeos y combates terrestres, nuestros equipos están centrando sus actividades en el sur de la Franja de Gaza.
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A mediados de diciembre, empezamos a prestar apoyo al hospital de campaña indonesio de Rafah, especializado en atención postoperatoria a víctimas de bombardeos y explosiones, al tiempo que trabajamos en otros hospitales como el Nasser y el europeo. El Dr. Thomas Lauvin, nuestro coordinador de proyectos, nos pone al día de la situación tras su regreso de Gaza.
MSF
22/01/2024
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¿Cuál es el estado del sistema sanitario tras más de 100 días de guerra y bombardeos en Gaza?
En toda la mitad norte de Gaza, los hospitales apenas funcionan o no funcionan en absoluto. En la parte sur de Gaza, a 11 de enero de 2024, todavía había nueve instalaciones sanitarias parcialmente funcionales. Entre ellos se encuentran dos grandes hospitales generales, situados en Jan Yunis, una ciudad que se ha visto especialmente afectada por los bombardeos y los combates terrestres: el hospital Nasser, en el centro, y el hospital europeo de Gaza, un poco más alejado.
En colaboración con el Ministerio de Salud, MSF puso en servicio un hospital cuya construcción estaba casi terminada: el hospital de campaña indonesio de Rafah, ciudad del extremo sur de la franja de Gaza. Decidimos centrarnos en la atención postoperatoria de traumatismos y quemaduras, para aliviar la presión sobre estos dos hospitales generales, que son de los últimos en entrar en funcionamiento, junto con el hospital Al-Najjar de Rafah, mucho más pequeño.
Un trabajador sanitario de MSF atiende a personas en la sala de espera de la clínica de Al-Shaboura, en Rafah, sur de la Franja de Gaza. © Mohammad Abed
Esto debería permitir al hospital Nasser y al hospital Europeo recibir nuevos pacientes. Se calcula que unas 10.000 personas viven en el emplazamiento del hospital Europeo, mientras que otras 10.000 viven en las inmediaciones y regresan allí por la noche para dormir. Dentro del hospital, estas personas, sobre todo familiares de pacientes o antiguos pacientes, han construido refugios improvisados, utilizando bufandas, mantas o retazos de tela para ocultarse de la vista. Para moverse por el hospital, hay que sortear estos refugios improvisados.
La situación en el hospital Nasser es similar, y estos hospitales carecen esencialmente de espacio y camas para tratar a los pacientes. Están completamente saturados, lo que dificulta la coordinación entre servicios. Sin embargo, esta situación puede cambiar: tras los bombardeos en las inmediaciones del hospital Nasser, muchos pacientes y personas refugiadas en la zona decidieron huir. No obstante, los tiempos de espera son extremadamente largos en los servicios de urgencias. Algunos pacientes son devueltos a la calle porque los hospitales no pueden ofrecerles tratamiento.
¿Cuál es la situación en la ciudad de Rafah?
Atravesar Rafah es una experiencia sorprendente: la ciudad está llena de desplazados, las calles están abarrotadas, la gente construye refugios improvisados directamente en las aceras, en las rotondas, delante de las tiendas, mientras que cada día llegan nuevos desplazados del norte. Hay aglomeraciones de gente en torno a panaderías, cajeros automáticos y puntos de suministro de agua -que escasean desesperadamente-, con movimientos de multitudes y, por desgracia, episodios de violencia y enfrentamientos entre personas. El sonido de los drones israelíes se oye constantemente. La tensión es palpable y, a lo lejos, se puede ver el bombardeo continuo de Jan Yunis y las columnas de humo que salen de él, mientras que bombardeos mortíferos golpean con frecuencia Rafah, sobre todo por la noche.
Sala de espera de la clínica de Al-Shaboura, en Rafah. © Mohammad Abed
¿En qué medida se libran los hospitales de los combates?
La población suele considerar que los hospitales son lugares más seguros, a pesar de los dramáticos episodios ocurridos en algunos de ellos. Por ejemplo, los equipos de MSF se vieron obligados a abandonar el hospital Al Aqsa, situado en la zona central de Gaza, el 6 de enero, tras la orden de las fuerzas armadas israelíes de evacuar los barrios adyacentes. El fuego de francotiradores, los ataques de drones y los bombardeos hicieron insostenible la situación.
En el sur, hasta ahora, hemos visto caer algunas bombas justo al lado de instalaciones sanitarias, con ventanas reventadas, por ejemplo. El 17 de diciembre, la sala de maternidad del hospital Nasser fue alcanzada por disparos, matando a una paciente e hiriendo a otras. La semana pasada se produjeron intensísimos bombardeos en los alrededores del hospital europeo, con una bomba cayendo cada minuto durante horas. Caían por todo el hospital. Esto hace que el acceso sea extremadamente difícil y peligroso para los gazatíes que buscan tratamiento.
La semana pasada, en los alrededores del hospital Europeo se produjeron bombardeos extremadamente intensos, con bombas que caían cada minuto durante horas. Caían por todo el hospital. Trabajar en un entorno tan tenso es extremadamente difícil. Muchos de nuestros empleados también se vieron obligados a desplazarse. En su mayoría, se han visto obligados a huir de zonas de combates o bombardeos. El nivel de estrés de nuestros equipos es muy alto. Cuando pasas una noche oyendo bombas, aunque no estés directamente afectado, no duermes. Trabajamos con equipos que a menudo están traumatizados y, en cualquier caso, muy afectados por toda la situación.
Desde el punto de vista de la seguridad, estamos al límite de lo que podemos hacer. Hemos dado a las fuerzas israelíes las coordenadas de las instalaciones sanitarias donde trabajamos y de los edificios donde se alojan nuestros equipos, pero no hay garantías de que no sean alcanzados por una bomba o el fuego de un tanque. El 8 de enero, un proyectil del ejército israelí atravesó el edificio que albergaba a un centenar de miembros de nuestros equipos y a sus familias en Jan Yunis. El proyectil no llegó a explotar, lo que habría provocado una auténtica carnicería. La hija de un colega murió a consecuencia de las heridas. Tenía cinco años. Otros tres colegas resultaron heridos.
La ciudad de Rafah también está siendo comprimida gradualmente a medida que el ejército israelí avanza hacia el sur, en dirección a la frontera egipcia. Como consecuencia, el espacio humanitario, o simplemente la zona por la que es posible circular, es cada vez más pequeño y denso.
Nuestros equipos están apoyando la distribución de agua potable a más de 10.000 desplazados al día, en tres puntos de distribución diferentes, todos cerca de campos informales (incluyendo un sitio cerca del hospital qatarí, y otro cerca de la clínica Al-Shaboura. © MSF
¿Cuáles son las actividades de MSF en el hospital de campaña indonesio de Rafah?
Hemos abierto una clínica de traumatología y quemaduras. Hacemos muy pocos ingresos directos y la mayoría de los pacientes son derivados desde un hospital. En la gran mayoría de los casos, han sido víctimas de un bombardeo, el derrumbe de un edificio o el estallido de una explosión. Han recibido primeros auxilios, han sido sometidos a operaciones que a menudo les han salvado la vida y ahora necesitan estar hospitalizados durante un tiempo relativamente largo, debido a la naturaleza de sus heridas y al riesgo de infección. Algunos pacientes han sufrido fracturas graves, a veces abiertas, que requieren fijadores externos.
Nuestra principal tarea es evitar que sus heridas se infecten. Sin estos cuidados, estos pacientes podrían morir. Podrían desarrollar infecciones graves que podrían provocar gangrena, amputaciones o septicemia generalizada. Además de sus heridas físicas, estos pacientes han sufrido importantes traumas morales. Están asombrados por la violencia de sus lesiones y a menudo se encuentran en un estado de hipervigilancia. Están preocupados y conmocionados y no hablan. Lo vemos en nuestros pacientes, pero también en muchas personas que nos encontramos por la calle: están aturdidas. Muchos de ellos se han visto obligados a desplazarse varias veces, a refugiarse en un lugar que ha vuelto a ser atacado. Y cuando llegan al extremo sur de Gaza, se encuentran con una ciudad completamente congestionada en la que el ambiente está cargado de ansiedad y miedo.
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