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Dimarts, 23 abril 2024

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De todos los lugares del mundo en los que la violencia obliga cada día a huir a civiles inocentes, África es probablemente el continente más castigado. Al incesante número de conflictos armados que se alargan a lo largo de los años sin visos de terminar, se suma la pobreza de gran parte de sus estados.

LAS CAUSAS DE LAS GUERRAS EN ÁFRICA: TRISTES TÓPICOS

Por  el 13 noviembre, 2016 África Subsahariana , Conflictos

Segun Iván Navarro,  Investigador de la Escola de Cultura de Pau, Universitat Autònoma de Barcelona (africaye.org), "en la mayoría de los discursos que normalmente escuchamos para hacer alusión a las causas de las guerras en el continente africano, dos o tres ideas suelen estar casi siempre presentes para tratar de explicar la conflictividad: las guerras étnicas, las guerras por el acceso y control de los recursos naturales (diamantes, petróleo, coltán, etc.) y las guerras debidas al fracaso del estado y al caos. Una y otra vez, la santísima trinidad identidad-avaricia-mala gobernanza, se repite como un mantra universalmente aceptado, que nos impide entender la complejidad y diversidad de los distintos factores que coexisten en los orígenes, duración e intensidad de las guerras en el continente. Estas tres ideas, bien podría decir Chimamanda Adichie en su famosa conferencia “El peligro de una sola histora”, no es que no existan o no estén presentes, sino que son por si solas incompletas, reduciendo un fenómeno muy complejo, a una historia única.

La tesis sobre el carácter depredador de las guerras ha sido muy cuestionada, siendo tachada de reduccionista, especulativa y engañosa, incapaz de captar la compleja realidad de los conflictos africanos y sus variaciones. Estas no tratan de negar la existencia del factor económico en las motivaciones o desarrollo de algunos de los conflictos armados africanos -un hecho que se presenta con frecuencia y claridad- tan solo establecen la necesidad de ir más allá en las interpretaciones de las causas de la violencia, donde la codicia, puede ser o no, uno más de los elementos que han dado inicio a la rebelión. Algunos de sus puntos críticos más destacados son:

Unicausalidad: La tesis de la codicia ha puesto el énfasis en la idea del homo economis, del rational choice, donde los actores son presentados como agentes  eminentemente racionales, que buscan el lucro a través de la oportunidad generada, omitiendo entender otros elementos presentes como las necesidades, las creencias o el papel de las identidades. El problema reside fundamentalmente en el carácter exclusivo que se le ha dado a la idea de “codicia” como motor de la violencia, obviando los factores políticos, sociales, culturales, la creación de agravios, los complejos procesos históricos y contemporáneos, el impacto de los contextos endógenos y exógenos que se encuentran en el trasfondo de los actuales conflictos africanos.

Lo verdaderamente importante reside en tratar de comprender la interacción entre la codicia, los agravios, las creencias, las necesidades. En entender la multicausalidad de factores estructurales y coyunturales, y como estos en cada contexto particular se construyen.

Universalidad: No existe una correlación universal entre la existencia de recursos naturales y la mayor predisposición a la violencia. Ni siquiera entre la presencia de recursos y la prolongación e intensidad de la guerra. Tampoco entre la existencia de recursos y la mayor frecuencia de guerras que en lugares que no los tienen. Cada caso es único, posee características propias, intransferibles, por lo que se necesita estudiar de manera aislada para comprender la interacción de los diferentes factores desde donde se proyecta la violencia.

Sobre esta base, esta literatura no explicaría porqué existen países con amplios recursos naturales (Bostwana, por ejemplo) donde la guerra no se ha producido, no existiendo correlaciones evidentes entre la existencia de recursos y la mayor propensión de una sociedad al conflicto violento.

Criminalización: Presenta un modelo de guerra basado en la idea de una actividad criminal, desideologizada, de carácter delictivo y desvinculado de fenómenos sociales, políticos y culturales, que esconde una posición política conservadora que trata de estigmatizar a las rebeliones como meros actos criminales, movidos por los recursos y no por motivaciones de justicia social, lo cual busca negarles toda posibilidad de legitimidad. A su vez, también ha sido criticada por poner excesivo énfasis en las insurgencias como los únicos agentes depredadores, y no así, en el papel del estado o de los agentes externos.

A modo de cierre

Estas aportaciones, lejos de tratar de invalidar la relación entre el vínculo y la importancia que se manifiesta en el caso del Este de la RDCongo y el coltán u otros minerales, han pretendido profundizar un poco más y tratar de delinear la realidad de unas dinámicas complejas que están presentes en la región y en otros muchos contextos africanos, que en muchas ocasiones quedan desdibujadas a través de la mirada única de la narrativa de la avaricia.  La conflictividad armada es un fenómeno muy complejo, imposible de explicar en base a miradas unicausales, y menos aún, de tratar de extrapolar estas miradas de forma universal a todos los conflictos. Muchos son los factores y elementos que coexisten en el estallido de la violencia, que se van transformando a medida que la morfología del conflicto evoluciona. La economía de guerra, como tal, es uno más de los diferentes elementos presentes. Necesitamos ampliar la mirada, incluir otros elementos en la fotografía y evitar la construcción de una sola historia."

Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de l’UNESCO, con motivo del Día del Patrimonio Mundial Africano 5 de mayo de 2021

Mientras el mundo entra en el segundo año de esta devastadora pandemia, el compromiso con nuestro patrimonio cultural y natural sigue siendo crucial para la humanidad. Este compromiso nos ayuda a estar más conectados, a ser más resilientes y a reforzar nuestra capacidad de proteger el legado del pasado y transmitirlo a las generaciones futuras.

El patrimonio mundial africano, que celebramos cada año en este día, es esencial a este respecto, no solo para los pueblos de África, sino para toda la humanidad. El Día del Patrimonio Mundial Africano fue proclamado por la Conferencia General de la UNESCO en 2015 con miras a crear mayor conciencia pública respecto del inmenso valor y potencial del patrimonio de África. Más allá de la mera celebración del patrimonio, este Día contribuye a poner de relieve su función esencial en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y de la Agenda 2063 de la Unión Africana.De hecho, el tema de este año, que destaca la importancia de la cultura, las artes y el patrimonio en el desarrollo del continente, está en consonancia con el tema de la Unión Africana para 2021, a saber, “Arte, cultura y patrimonio: instrumentos para construir el África que queremos”. En particular, subraya la función de la cultura y el patrimonio africanos en el desarrollo de la identidad y la economía propias de África.

Sin embargo, para que el patrimonio africano pueda desempeñar esta función, debemos velar por su protección mediante la adopción de enfoques más integrados e inclusivos. Ante los retos a los que se enfrenta el patrimonio mundial africano en la actualidad —desde la COVID-19 hasta el cambio climático—, debemos contar en mayor medida con los jóvenes, las mujeres y las comunidades indígenas y locales que viven en el interior de los sitios del Patrimonio Mundial y en sus alrededores, ya que son sus custodios y protectores.

¿Qué países de África están en conflicto?

Este continente alberga los 10 países más pobres de todo el mundo y es el hogar de más de 18 millones de refugiados y desplazados. La falta de fondos para atender todas sus necesidades se ve afectada por complicadas situaciones climatológicas en este continente.

Algunos de los ejemplos más claros son lugares como el desierto del Sáhara, donde combaten el calor con construcciones aislantes hechas con materiales reciclados, el Lago Chad, donde el desierto ha ido ganando espacio y reduciendo su tamaño en los últimos años, o el sur de Somalia, arrasado por la peor sequía de los últimos 60 años en este 2017.

Se calcula que en África, actualmente, hay alrededor de 25 conflictos y guerras africanas que afectan a millones de personas. Hoy nos gustaría hacer un repaso de las situaciones que violan más derechos humanos en este continente, principalmente en el áfrica subsahariana y que afectan a la vida de sus habitantes, a su seguridad y a su futuro.

A continuación los conflictos actuales:

  • Guerra civil de Somalia: Es el conflicto que se considera más importante, ya que lleva activo desde 1991. Hasta ahora se calcula que han muerto en torno a un millón de personas por causa de esta guerra. A las consecuencias directas de un conflicto armado en el Cuerno de África, se une la sequía y la hambruna que sufre el país y que ponen en peligro todavía más vidas, sobre todo de la población más vulnerable.
  • Conflicto Chad – Sudán: Comenzó oficialmente en 2005, cuando el gobierno de Chad declaró el estado de guerra. Se calcula que han muerto 7.000 personas, en su mayoría civiles, y que más de 200.000 se han convertido en refugiadas huyendo de su país para buscar una vida mejor.
  • Nigeria:Lleva activa desde 2002, pero a partir de 2009 se ha vuelto aún más violenta. Alrededor de 13.000 personas han muerto y se cree que ha generado 1.200.000 refugiados, que no se sienten seguros en sus hogares y han optado por abandonar sus casas y trasladarse a otro país.
  • Guerra civil de Sudán del Sur: Comenzó en el año 2013 y se desarrolla con gran virulencia. El principal problema en la zona es el hambre, que afecta a más de 2 millones de personas. La malnutrición aguda se sitúa en torno al 20%, cifra muy superior a la considerada como situación de emergencia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
  • Segunda guerra civil de Libia: Ha causado más de 4.000 fallecimientos en los últimos dos años. En 2011 se vivió una situación similar, pero esta vez las insurrecciones se han extendido a Egipto, la República Centroafricana, el Congo, Etiopía, Argelia, Túnez, Burundi y Mali.

 

Burundi

Este pequeño país, con una superficie menor incluso que la de Galicia, vecino de Ruanda, lleva años atrapado en una lucha política que deriva en atrocidades hacia su población sobre las que poco se habla. Desde 2015, un repunte de violencia ha obligado a h

 huir a casi medio millón de personas a otros países.

Burundi vive inmerso en oleadas de violencia indiscriminada contra víctimas inocentes a pesar de ser uno de los conflictos más olvidados de nuestra generación.

Mali africa

Mali

La inestabilidad política en el país desde los años 90 ha dado lugar a atentados y continuas oleadas de violencia que se cobran miles de vidas y dejan a casi 200.000 personas fuera de sus hogares a día de hoy.

En Mauritania, Níger y Burkina Faso hay cerca de 165.000 refugiados que han huido de Malí. A pesar de estar atravesando importantes emergencias humanitarias, como es el caso de Níger y Burkina Faso, estos países están demostrando una solidaridad ejemplar.

Muchos de los que huyen de Malí y Burkina Faso son acogidos en lugares que también han sido arrasados por la violencia. En muchos casos, estas personas ya habían estado desplazadas con anterioridad.

refugiados de Nigeria

Nigeria

El terror de Boko Haram que vive la población civil del noreste de Nigeria se remonta hasta 2013. Entonces, cientos de niños fueron secuestrados por el grupo insurgente propagando el horror en un país donde más de 2 millones de personas han tenido que huir de sus casas para poder sobrevivir.

Ante la creciente escalada de violencia de Boko Haram en Nigeria, miles y miles de personas se ven obligadas a desplazarse para salvar su vida. Sobre todo las mujeres jóvenes, que son las principales víctimas.

Desde 2015, más de 186.000 personas en Nigeria se han visto obligadas a desplazarse de su país y a buscar refugio en Níger, Chad y Camerún.

157.000 nigerianos viven hoy en Gagamari, un asentamiento en Níger. Todos han huido de Boko Haram. Muchos campos de refugiados están al límite de su capacidad.

República Centroafricana

República Centroafricana

Las luchas entre los grupos armados Seleka y Anti-balaka afectan a 1 de cada 4 personas en la República Centroafricana. En el corazón del continente africano, este conflicto se cobra víctimas y empuja a huir a millones de niños, muchos de ellos capturados como niños soldados o incluso esclavos sexuales. Los menores suman más del 60% de su población.

RCA es uno de los países más pobres del mundo.De los de 500.000 personas desplazadas internos actuales, 6.000 viven en Bangui, capital del país. Más de la mitad, son niños y niñas menores de edad que han podido escapar del reclutamiento forzoso para ser niños soldado, cocineros, mensajeros o esclavos sexuales. El hambre, la desnutrición y la escasez de recursos son otras de las consecuencias del conflicto.

Mujer del Congo

República Democrática del Congo

El contraste entre la riqueza natural y la pobreza de la población en la República Democrática del Congo es quizás uno de los más dolorosos. Desde la guerra del coltán (material necesario para fabricar los teléfonos móviles) en el 98, la guerra más mortífera desde la II Guerra Mundial, oleadas de violencia han generado un clima atroz en un país donde las mujeres se han convertido en las principales víctimas que sufren una situación escalofriante: la mayoría de ellas serán violadas más de una vez a lo largo de su vida.

Aunque la mayoría de las personas que han huido de la violencia están desplazados dentro del país, en regiones como Ituri o North Kivu, más de 500.000  personas han tenido que huir a países como Uganda, Tanzania o Buruni en busca de un lugar seguro. Más 5,3 millones de personas se han visto obligadas a huir por la violencia.

Somalia. Hambre y sequía en el Cuerno de África

Somalia es una de las crisis más prolongadas en el mundo. Desde los años 90, una sucesión de guerras, conflictos y hambrunas en un país con extremas desigualdades y una climatología adversa han dejado a millones de personas en necesidad de ayuda humanitaria. Hoy en día, la violencia de las milicias de Al Shabaab deja a más de 2 millones de somalíes fuera de sus casas y sigue cobrándose víctimas civiles con atentados como el recientemente sucedido en la capital, Mogadiscio.

En Somalia está viviendo una sequía que está destruyendo los cultivos y ganado y está provocando hambre y desnutrición. La mitad de la población del país necesita ayuda humanitaria para sobrevivir. La hambruna de 2011 ya dejó 250.000 muertos y la situación podría volver a repetirse.

Bebé africano refugiado

Sudán del Sur

Más de 4 años en guerra arrasan el país más joven del mundo desde su independencia. Un país donde la gran mayoría de su población no ha cumplido ni siquiera los 18 años.

El hambre es, desde el golpe de estado fallido que precedió al clima de violencia política en el país, otro acérrimo enemigo de los niños sursudaneses. Más del 20% de ellos padecen desnutrición aguda. La falta de financiación desde el año 2017 ha obligado a reducir las raciones de comida a la mitad.

De los 2,3 millones de personas que han sido forzadas a abandonar sus hogares, el 65% son menores de 18 años.

Etiopía, Kenia y Uganda son las principales vías de escape de aquellos que han conseguido cruzar la frontera. Más de la mitad de los desplazados por el conflicto en Sudán del Sur ha buscado seguridad en otras zonas del país menos afectadas por la violencia. ACNUR ha dado protección y asistencia a más de 650.000 personas desplazados a la fuerza que escapaban de los enfrentamientos en Yuba, la capital, y las zonas fronterizas del país.

Pero los conflictos activos en África, ni siquiera terminan aquí. Países como Sudán, la región del Lago Chad, Eritrea, Libia o Mozambique, entre otros, viven también situaciones críticas que amenazan las vidas de su población.

Colabora con ACNUR para mejorar la vida de millones de refugiados

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